domingo, 21 de diciembre de 2008

TEATRO -


Inspirada en el cuadro de
Hippolyte Flandrin, "Joven desnudo frente al mar", 1836.



VOZ DEL NARRADOR

Esta obra comienza con el personaje masculino de Trítono, sentado sobre un arrecife. Desnudo, lleva un collar de hojas largas y doradas. Es una noche oscura frente al océano.
En un monólogo desesperado, Trítono clama por el amor de su amada. Se escucha un poema en su voz.

TRÍTONO

Me dijo un día que su vuelo lo daba el aire.
Nada sabían mis ojos de esto.
Salimos a recorrer la selva,
la voz de la mañana se escuchaba
por el trino de las aves salvajes.
Caminábamos,
ella alta con su vestido solemne,
yo metálico de armadura guerrera,
siendo feliz
muy felices.
Hasta que llegó el viento voraz
de esos vientos de diciembre y se la llevó.
La busqué.
Estos amores cuando sangran así traspasan el tiempo.

VOZ DEL NARRADOR


De manera suave se acercó a oír su desdicha una sirena.

VOZ DE LA SIRENA


¿Qué mal te aqueja mi señor? La noche me trajo hasta ti.

VOZ DEL NARRADOR


Trítono no le contesta, se muestra indiferente. El reflejo de la luna
baña a los dos. Ella se mueve y él permanece pensativo e inmóvil.

VOZ DE LA SIRENA


¿A quién esperas con tanto anhelo?

VOZ DEL NARRADOR

Trítono ensimismado en su pasión, susurra.

TRÍTONO


Por la corriente rota de la grieta en la pared.
Por el decoro de su blusa tatuando el seno.
Por el laberinto que dejó su gemido
gigante volando sobre el mundo en la pupila...

VOZ DEL NARRADOR


Trítono, calla, no pudo continuar.

TRÍTONO

(A ella responde).
Sólo de pensar que la he perdido, un frío penetrante me corta el aire.

VOZ DEL NARRADOR


De nuevo no puede olvidar el amor por su amada. Y recita.

TRÍTONO

Volaba entre mis manos como la inquieta alegría de la brisa,
desnuda,
hermosa.
Miles de luces vinieron para oír el eco de sus besos.
Y cantó la flor una canción enamorada.

VOZ DEL NARRADOR

Entonces, súbitamente se acerca un grupo de sirenas.
Tratan de interesarlo, con su música y sus palabras.

VOZ DE SIRENA

Tendrás que salir de ese tormento.
Tu no estás solo.
Ven con nosotras (gritan las sirenas).

VOZ DEL NARRADOR


Peces-musas inquietantes, que forman trombas. Con astucias
terriblemente femeninas.
Pero al oír estos reclamos, Trítono piensa en su amada.
Pone su pensamiento en el fondo del mar.
Ese mar azul e inmenso, que hoy es oscuro.

VOZ DEL NARRADOR


Vuelven de nuevo a su asedio las sirenas.

VOCES DE LAS SIRENAS

¡Ven con nosotras! Mi arpa haré sonar para desvanecer tu ilusión. ¡Ven con nosotras! (Repiten una y otra vez).

VOZ DEL NARRADOR


Trítono envuelto en su delirio, cortejado por las sirenas,
trata de explicar la pasión de su alma. Los momentos preciosos que tuvo con su amada. Pero las sirenas continúan.

VOZ DE LA SIRENA

Hoy no es ayer. ¡Fue una luz! ¿Vendrás conmigo? (dice una de ellas de ellas).

VOZ DEL NARRADOR

Pero nada conmueve a Trítono, y se escucha su voz.

TRÍTONO


Son de esas cosas que parten de pronto, como el diluvio del tiempo, de esas tan esperadas y desvanecidas como las omnipotentes voces de sus ojos.

VOZ DEL NARRADOR


Las sirenas no descansan en sus intentos. Comprenden la melancolía que invade a Trítono y estallan nuevamente con cantos que intentan seducirlo.

VOCES DE SIRENAS

¡Te enloqueces! (Gritan ellas).

VOZ DE SIRENA


Las sirenas aletean. Gritan te enloqueces. Y tú divides el cielo en la noche, estrella por estrella buscándola.
¿Por qué no miras en mí la alegría, mis cabellos ondulantes, el agua fresca que te brindo? Calma tu sed. Multiplica el amor. Salta al mar.

TRÍTONO


Porque es mi techo el empeño y el camino la paciencia que he de tener.

VOZ DEL NARRADOR

Trítono insiste una vez más en su verdadero amor y recita un poema tras otro, tratando así de convencer a las sirenas, que cada vez se encuentran más enamoradas de él.

TRÍTONO


De las manos se me escapó su corazón y vuelve, como ola que juega en mi playa, se mueve con amor, vive, navega, sonríe.

VOZ DEL NARRADOR

Ahora las sirenas lo escuchan tranquilas, el mar está en calma, se ven los rayos de la luna sobre sus pelos mojados y se sienten en el agua los suaves aleteos de sus cuerpos mientras le dicen a Trítono.

VOZ DE SIRENA

Te damos nuestras flores. La gracia del amor. Todo el universo del mar. Y tú,
continuas encerrado en ese pensamiento que te cierra los ojos como un sueño.

VOZ DE SIRENA


Así de ese modo, no eres ni serás.

VOZ DEL NARRADOR


Trítono contesta con su último poema de amor.

TRÍTONO


Cada cual tiene separado de todo una canción, donde alguien lleva el sol. Cada cual tiene unida y labrada por la vida la voz del amor.

VOZ DEL NARRADOR

Trítono no escuchó nunca el reclamo de las sirenas. Anheló siempre a su amada y se alejó a la montaña convirtiendo su cuerpo y el collar de pétalos en un árbol.

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